Los extremos: sobreexposición y bajo perfil

Por: Stella León

Los extremos no son buenos en ningún aspecto de la vida; excepto, para los atletas de deportes extremos. En lo que respecta a la gestión de posicionamiento de marca, cabe destacar que el adecuado balance de exposición de una marca nos permite navegar con cuidado y mesuradamente, así como visualizar el horizonte constantemente para detener la marcha si fuese necesario. Por tanto, “estar en todo o estar en nada” son posturas igualmente inadecuadas.

Con frecuencia escuchamos en nuestra práctica mensajes como “yo prefiero no estar en la foto”, “a mí no me gustan las entrevistas”, “yo voy a ese evento por necesidad, incluso lo evito de ser necesario”, y así sucesivamente. En el otro extremo están los que se exponen diariamente, incluso sin una estrategia clara, pues su propósito es estar a las buenas o a las malas, ser alguien sobre quien se dice algo de manera permanente.

Bien sabemos que dada la cantidad de canales disponibles en el infinito mundo del espacio digital es prácticamente imposible pasar desapercibido. Igualmente importante es saber que es mejor que tú hables de tu marca a que otros hablen de ella. Es decir, si no cuentas tu historia, otros lo harán por ti. También hay que destacar que una marca que no se posiciona no se vende; nadie compra lo que no conoce. Adicionalmente, el público en general aprecia más una marca que muestra su rostro humano que aquella que se escuda en campañas de publicidad, por mejores que estas sean.

La clave es cómo hacerlo.

  1. Identifica el público. A quién deseas dirigir la comunicación, con quién deseas conversar, a quién deseas impactar. Si no tienes claridad de la audiencia a la cual se dirige tu marca podrías estar ejecutando acciones que no atienden sus necesidades.
  2. Establece el propósito y la estrategia. Es imposible avanzar con coherencia si no está definido el camino. No se trata de hacer lo que se te ocurra porque es chévere y suena diferente. Diferenciación claro que sí, pero con una estrategia en mente, bajo un marco previamente concebido. De lo contrario, podrías estar realizando acciones aisladas sin que haya conexión entre ellas.
  3. Define los ejes conversacionales. No se trata de hablar poco o mucho o hablar de todo. Cuál es el enfoque. Los ejes son los pilares transversales de conversación. Son secciones sobre las cuales vas a comunicar y que facilitan organizarte mejor e impulsar tu creatividad.
  4. Analiza los canales ideales. Debes saber que no tienes que volverte loco intentando estar presente en todos los canales… ciertamente, son casi incontables. Es importante que conozcas para qué sirve cada canal y por qué seleccionar uno u otro, según el perfil de tu marca y del público al que te diriges.
  5. Tiempo al tiempo. En estos tiempos de inmediatez buscamos resultados a toda prisa. Te tengo una noticia, no funciona así. El posicionamiento consistente y coherente de una marca lleva un ritmo distinto, toma tiempo. Lo contrario es enemigo de ellas.

Te invito a reflexionar sobre las acciones que estás realizando para proyectar tu marca. La comunicación es imprescindible, dedícale mente y alma sabiamente. Si no lo dices, nadie se entera.