Por: Vera Nova
La frase «La palabra dicha no vuelve atrás», de Horacio, es un recordatorio de que una declaración mal hecha puede tener repercusiones inmediatas y de largo alcance. Las figuras públicas de hoy viven bajo una lupa constante, y el impacto de lo que dicen puede afectar tanto su carrera como su imagen.
Un ejemplo reciente es el del cantante Kanye West, quien ha hecho múltiples declaraciones controvertidas que le han costado contratos multimillonarios y afectado severamente su reputación. Uno de los más notables fue un comentario antisemita en redes sociales que llevó a varias marcas, incluidas Adidas, a romper relaciones con el cantante. A pesar de los intentos posteriores de disculparse, el daño ya estaba hecho, y su imagen pública sufrió un golpe significativo.
Otro caso que ilustra la importancia de las palabras es el del presentador Piers Morgan. Durante una emisión de su programa, Morgan hizo comentarios despectivos sobre Meghan Markle tras su entrevista con Oprah Winfrey, lo que desató una avalancha de críticas. La reacción negativa fue tan fuerte que Morgan terminó dejando su programa de televisión. Aunque después intentó justificar sus palabras, la percepción negativa ya se había instaurado entre el público y la prensa.
En contraste, hay figuras que han sabido utilizar sus palabras de manera cuidadosa para construir su reputación. Un ejemplo reciente es Justin Baldoni, quien se encontró en el centro de la controversia tras su participación en la película It Ends With Us. Ante las críticas que la película y su elenco recibieron en redes sociales, Baldoni optó por no alimentar el chisme ni defenderse de manera impulsiva. En lugar de eso, tomó un enfoque más positivo, centrándose en cambiar la narrativa hacia la importancia de contar historias con significado y usar su plataforma para promover mensajes de empatía y crecimiento. Este enfoque no solo desvió la atención de la negatividad, sino que fortaleció su imagen como una figura pública comprometida con el impacto positivo.
Las palabras, una vez dichas, no pueden retirarse, y su impacto puede ser positivo o negativo dependiendo de cómo se usen. La clave está en ser consciente de su peso y en actuar con responsabilidad, sabiendo que lo que decimos hoy puede marcar nuestra reputación para siempre. Y tú, ¿piensas antes de hablar?